(Córdoba, 20 de enero de 2016) 2015 Terminó con el nivel de exportaciones de miel más bajo en los 25 años de historia que tenemos editando Espacio Apícola. Es la primera vez que buena parte de la cosecha de miel, aún a precios muy bajos respecto de la temporada anterior, no se vendió porque no hubo quien la compre.
No se usó ningún argumento tramposo relacionado a la calidad o nada que pueda considerarse una barrera para arancelaria, simplemente las ventas al exterior se ralentizaron y varias empresas argentinas dejaron de operar. Reciéntemente alguna empresa exportadora debio malvender lotes importantes, en el mejor de los casos para renovar stock y no quedarse con remanentes que se desvalorizan en el correr del tiempo.
Otros trabajan sólo con negocios calzados, comprando mieles de la actual cosecha con el contrato de venta en la mano.
Todo esto, en un contexto nacional e internacional muy complejo. El financiamiento que quince o veinte años atrás provenía de los compradores externos, no está. La eliminación de las "declaraciones juradas anticipadas de importación" (DJAI) redujeron el interés de muchos de los terceros que habían ingresado forzadamente a financiar las exportaciones de miel, entre otras exportaciones. Y las tasas de interés con las que terminó el 2015 en el país arrancaron muy altas, por la necesidad de divisas del Banco Central que hicieron más apetecible prestarle al Estado que invertir sin claridad. Cuando en el exterior se habla de tasas negativas, en la Argentina de fines de diciembre de 2015 la tasa en dólares rondaba el 4% anual para cualquier hijo de vecino. Y como el que se quema con leche ve una vaca y llora, aún creyendo que pronto el precio de la miel podría incrementarse, la reactivación del mercado será lenta como la recuperación de la confianza en los bancos.
De allí que lo importante hoy es cosechar miel madura, con la menor humedad y en lo posible de colores claros, para guardarla en un buen galpón hasta que aclare o generemos algún negocio. Las mieles comercialmente dudosas será mejor destinarlas a recuperar colmenas.
En lo estratégico, el sector apícola, como tantas áreas afectadas por el desmantelamiento de la infraestructura ambiental, deberá integrarse a un sistema productivo diversificado, cosa que lamentablemente, con el continuismo en el Ministerio de Ciencia y Técnica, como en el de Agricultura o el INTA, no parece prioritario.
¡Disfrute de su Espacio Apícola! hay mucho y bueno.
Fernando Luis Esteban
Director