(Córdoba, 30 de octubre de 2016) Los acontecimientos de público conocimiento sucedidos a nivel global parecieran tener su correlato también en la Apicultura global.
Los analistas internacionales de fenómenos más o menos cercanos a nosotros, por incluirnos dentro de lo que denominamos "occidente", sostienen que la reacción del
pueblo inglés votando la salida de la Unión Europea, el rechazo del pueblo colombiano a los acuerdos de cúpulas con las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el triunfo de
Donald Trump en las elecciones de los
Estados Unidos, son expresión de un hartazgo generalizado contra el "sistema".
No serían votos en favor de algo, sino en rechazo a un
statu quo que aparece agotado y ante el cual, sus cúpulas dirigenciales, aún cuando aparecen enfrentadas, no tendrían la capacidad ni predisposición para identificar los problemas, enfrentarlos y promover las transformaciones que precisan. Pero tampoco estos movimientos parecen hacer un análisis, ni mucho menos elaborar una propuesta sobre cuáles son esos problemas y estrategia para solucionarlos; pareciera que simplemente reaccionan irracionalmente, intempestivamente, que sensitivamente no están de acuerdo. Si es así, sólo agravan el problema pues el resultado puede salir para cualquier lado. La historia le pondrá un título al totalitarismo que sea.
Por nuestra parte, asistimos al Simposio de Apicultura Orgánica donde modestas organizaciones de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Paraguay intentan mejorar sus ingresos con la certificación orgánica, la certificación de Comercio Justo, como se podrá apreciar en la disertación de
René Sayago. Pero el sistema que sostiene esas herramientas es el mismo que desgasta y agota los recursos. El apicultor comercial, que intenta una apicultura sostenible, enfrenta una escacés y pobreza de recursos cada vez más acuciante, como lo plantea
Marcelo Pita.
Finalmente las máximas autoridades del comité científico, presentes en el simposio, lejos de convocar a una acción por una propuesta productiva donde la "razón" ilumine el escenario para "modificar positivamente el ambiente" en función de producciones más sanas, abundantes, restauradoras de la biodiversidad y remediación del ambiente, con el resultado de una mejora en la calidad de vida de sus protagonistas, hicieron un planteo naturista extremo. Claro que
Etienne Bruneau y
Nicola Bradbaer, cuya presentación tradujimos y publicamos en esta edición, dicen muchas verdades; pero, están en las antípodas de los grandes desarrollos científicos y tecnológicos que hicieron de la mera explotación de las abejas, una herramienta transformadora y dinamizadora del ambiente, de la agricultura, la Apicultura. Nos proponen casi una conducta de la era nómada de recolectores, frente al avasallamiento de tecnologías al servicio de los capitales financieros.
Qué es lo que entendieron de esas presentaciones las decenas de "técnicos" que asistieron, no lo sé. Hubieron aplausos y ninguna pregunta, ni aporte, a ninguna de las dos presentaciones "rectoras" del comité científico del Simposio.
Esa falta de sintonía quizás sea la causa del descrédito en instituciones que se mantienen hoy por el subsidio del sistema, agonizando y generando hartazgo, cuando en sus orígenes se conformaron por la vitalidad y el aporte de los pioneros.
Que haya algo de cosecha y unas fiestas en paz y armonía con los más cercanos.
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director