(Córdoba, 10 de mayo de 2017)Un Enero con precipitaciones muy abundantes y constantes y un tercer otoño consecutivo con exceso hídrico, puso nuevamente en jaque a las producciones agropecuarias de gran parte de las regiones más beneficiadas por la naturaleza en nuestro país.
Los fértiles suelos de buena parte de la provincia de Buenos Aires, Este y Sur de Córdoba, Centro y Sur de Santa Fe y gran parte de Entre Ríos, además de vastas regiones en provincias circundantes han sido inutilizados por escorrentías, emergencia espontánea de las napas freáticas, aumento en la superficie y altura de lagunas y el anegamiento permanente de mucho más de un millón de hectáreas.
Gran parte del desastre provocado se debe al desmonte indiscriminado en la provincia de Córdoba y Santiago del Estero. Sus suelos, que necesitan de la vegetación nativa para mantener su estructura e infiltrar los excesos hídricos están desnudos y las raíces de árboles talados hace más de 30 años ya desaparecieron y tampoco ralentizan los movimientos de agua a nivel de napas.
Los alquileres de campos, que a modo de zanahoria para los conejos, alejaron a muchos chacareros de sus campos, hoy no los tienen o no les alcanza para mantener el estándar de vida de los últimos 15 años... ¿cuánto vale o puede llegar a valer? ¿a cuánto se puede alquilar una hectárea de campo inundada por tercer año consecutivo? y son mucho más de un millón de hectáreas...
El problema ambiental es enorme, los terratenientes se están dando cuenta, no porque les importe mucho el ambiente, sino porque ven cómo se derrumba el valor de sus “activos”... La provincia de Córdoba, herida en su orgullo porque el INDEC declara que más del 40% de su población está por debajo de la línea de pobreza, no quiere reconocer en sus gobernantes que está empobrecida por el monocultivo de soja y maíz, tal como en los 60 se empobreció Tucumán con el monocultivo de la caña de azúcar. Los políticos y candidatos de turno "solo saben de pedir" mayor coparticipación o subsidios, y esa es la enseñanza que dejan para los más jóvenes, pero no se les ocurre enfrentar a fondo el desafío de remediación ambiental que
los apicultores venimos sugiriendo, entre otros actores, para recuperar el valor de nuestra cultura y nuestro suelo, la capacidad de amortiguación climática de los bosques y la necesaria
diversificación productiva agropecuaria que nos de a todos la oportunidad de una vida digna. Aquí estamos,
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director