(Córdoba, 25 de mayo de 2019) Esta edición de Espacio Apícola aborda dos temas centrales de alto impacto en la Apicultura Argentina pero también regional y mundial como son la nutrición de la abeja a partir de tortas proteicas y la polinización en invernaderos con abejorros, un tema que apenas hemos mencionado en pocas oportunidades. Son dos trabajos especiales, de nuestra autoría, pero hechos en base a la experiencia de colegas apicultores, principalmente de Argentina.
En lo que hace a nutrición, la comparación de las investigaciones de
Haydak y
De Groot frente a las de
Geraldine Wrigth muestran un hilo conductor evidente, más allá de las innovaciones que permite la tecnología investigativa del presente. Pero las tortas proteicas propuestas por los primeros, no parecen seguir un mismo criterio en las formulaciones que hoy por hoy se difunden con mucha facilidad a través de la internet. Esta maravillosa herramienta de comunicación nos permite valorar la diversidad, reconocer la relatividad de muchas conclusiones en función de los distintos contextos, en función de las distintas realidades, de los distintos ecosistemas. Pero pasar de recursos como la leche desgrasada en polvo y el huevo en polvo a harinas o féculas con escaso o nulo valor proteico nos venía llamando la atención; no parece haber un correlato entre las formulaciones originarias y algunas de las actuales. Por eso proponemos en ese artículo las herramientas para que cada uno pueda valorar su propia experiencia partiendo de la metodología propuesta, a partir de los ejemplos dados, con la información presentada con la uniformidad necesaria de medidas y proporciones para que las comparaciones sean sencillas y válidas. Faltó destacar en ese artículo un detalle no menor, la soja que usaba
Haydak en sus formulaciones de los años 40 o 60, no es la misma de la presente, cultivada bajo un sistema de siembra directa con barbecho químico.
El segundo tema, dividido claramente en tres artículos sobre la polinización bajo cobertura, en invernadero, nos produce sentimientos encontrados. Por un lado nos llena de satisfacción el espíritu emprendedor de
Luis Gómez y la forma en que abordó la producción en cautiverio y a escala, de un abejorro asilvestrado en la provincia de Mendoza, transformándolo en una herramienta de gran importancia para las crecientes superficies destinadas a la producción intensiva de alimentos bajo invernadero. Su poder de observación para encontrar distintos tipos de abejorros, la seriedad para convocar a la
Universidad de Cuyo a descubrir el asilvestramiento de una especie exótica, hasta el registro de su criadero, el primero de
Mendoza en producción de abejorros sin la participación de ninguna multinacional ni de ningún organismo del Estado, es motivo de orgullo para él y todos los hombres y mujeres libres de esta Nación.
Por su parte el comportamiento aparentemente corporativo de un grupo de investigadores que no entendemos muy bien si están celosos por no haber sido ellos los que hicieron el hallazgo o si responden o cayeron en una trampa para defender intereses extracurriculares, nos deja cierto sabor agrio en la boca. Parece parte de un modelo educativo que tiende a mercantilizar la ciencia, donde todo lo que se "cocina" en los claustros con el auspicio de un inversor, encuentra fácil justificación y lo otro no existe o es peligroso. Nos duele tener que preguntarnos esto, particularmente cuando somos nosotros, los apicultores, los primeros interesados en la defensa de la biodiversidad y el ambiente.
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director