(Córdoba, 31 de mayo de 2022) Cuando en 2017, durante el congreso de Apimondia en Estambul, escuchamos a
Geraldine Wright (
Esp. Ap. 121) mostrando los distintos perfiles de aminoácidos en los distintos alimentos e individuos de la colonia, nos dimos cuenta que algo grande estaba pasando en la concepción de la nutrición de las abejas.
Ciertamente lo de
Geraldine no fue por generación espontánea. Hubo mucho trabajo previo de innumerables investigadores, algunos de la talla de
Karl Crailsheim, el profesor de la Universidad de Graz (en
Austria) promotor allí del Laboratorio de Vida Artificial. Pero ver todos esos avances plasmados en aquella conferencia magistral, en esos gráficos comparativos, nos hizo tomar conciencia de los nuevos horizontes y desafíos.
En la misma feria incluso, estaban presentes algunos desarrollos comerciales novedosos, que mostraban el dinamismo de laboratorios y emprendimientos que iban más allá de algunas innovaciones en polivitamínicos y preparados proteicos de muy buen desempeño que en la
Argentina hemos tenido. Los nuevos desarrollos apuntaban también al bienestar de las colonias, optimizaban el balance de nutrientes, pero además varios de ellos estaban focalizados en la microbiota intestinal de las abejas como un aliado indispensable en la fortaleza de las colonias y mediador inmediato de las señales ambientales del entorno donde las colmenas están emplazadas. Aparecían en esos años los probióticos y prebióticos de los que muy recientemente hemos estado hablando.
Pero ¿cómo utilizar esa información? La calculadora desarrollada por
Randy Oliver y que compartimos en esta edición ,es una herramienta fácil de implementar y adaptar a nuestros recursos.
En estos años han proliferado recetas de tortas proteicas que se sumaron a más productos, generalmente utilizados en la crianza de otros animales, cuya evaluación la hemos venido haciendo en gran parte a ojo de buen cubero, con un costo inicial relativamente bajo, pero un costo final muy alto pues sus resultados son muchas veces imprevisibles y sólo constatables en el arranque de la temporada o en el final de la cosecha. Esta herramienta de cálculo nos permite acercar aquellos trabajos de investigación, a la cocina en la que amasamos nuestras tortas proteicas. Una herramienta que, por estar diseñada en un programa de uso masivo está al alcance de todos los que tengan una computadora y puede ser adaptada para evaluar desde el polen que habitualmente colectan las abejas hasta los complejos polivitamínicos o las tortas caseras que administramos a las colmenas.
La entrevista a
Bruno Scally es un excelente complemento a todo lo dicho anteriormente, es práctica apícola de la que disfrutamos en el campo, es aprovechamiento del recurso disponible, y es relevamiento de datos que luego podrán ser sistematizados para mejorar, optimizar y hacer más eficiente esa práctica a campo.
Nos complace presentar estas nuevas herramientas y nuevos recursos. Aprender a manejarlos tiene momentos incómodos, como la primera vez que sostenemos un lápiz, que nos ponemos una careta, que nos subimos a un montacargas, o manipulamos una grúa, pero estamos seguros que la satisfacción de saber y saber hacer son incomparables a ese momento inicial de dudas, incertidumbres o miedos.
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director