(Córdoba, 20 de enero de 2010) Como era absolutamente previsible, hemos pasado de una brutal sequía a virulentas tormentas y multiplicación de inundaciones en muy variadas regiones de la geografía nacional. En la zona "agrícola" hay de todo, lugares donde la lluvia fue suficiente para humectar la capa necesaria de los cultivos bajo la forma actual de siembra directa; en otros lugares aún entrado enero, el agua no alcanza y en donde hubo exceso, el agua corrió, inundó pueblos, sólo buscando el mar... en vez de sumergirse en la profundidad del suelo para nutrir las napas con agua dulce y la materia orgánica del suelo con nitrógeno, entre otros beneficios. Esto lo aprenden los niños de tercer grado cuando la maestra les enseña el ciclo del agua... Muchos decanos de las facultades agronómicas, Jefes de cátedra y hasta los mismos Rectores de universidades que se pavonean con los logros alcanzados por la "Reforma del 18", olvidaron el ciclo del agua y además bastardean aquella proclamación del conocimiento universal, libre de condicionamientos -especialmente religiosos- y mucho más libre de mezquinos intereses clasistas o individuales. Digo esto, porque lo que prioritariamente hacen es darle un título habilitante a un joven, para firmar recetas de agroquímicos u ocupar un escritorio en la administración pública y cuando sobreviene una "catástrofe natural", los unos y los otros, lo único que atinan a decir, es la fatalista frase "¡y..., con la naturaleza no se puede!".
¡Cómo que no se puede! Hay sobradas muestras en la historia de la humanidad que demuestran que "Cuando se quiere" ¡Se puede! Estos docentes, profesionales y funcionarios sólo hacen ostentación y apología de su incapacidad e ignorancia.
Sueño con que un día las "Universidades" convoquen a las múltiples "Facultades" y "Cátedras" que las conforman y logren armonizar criterio y juicio para promover el conocimiento al servicio del bien común y no, digitado por intereses financieros meramente especulativos, mercantilistas. Sueño con profesionales que no repitan como loros que tal técnica tiene más fijación de Carbono y después dejan desnuda la tierra, al sol, por meses, sin siquiera recuperar el oxígeno que queman fumando para calmar la ansiedad de su mediocridad. Sueño con que seamos capaces de hacer justicia y un mundo más habitable. La apicultura debe enseñarle a éstos cómo la abeja lo ha logrado en su historia. Si en el '68 llamamos a "La Imaginación al Poder" hoy el mundo necesita de la Apicultura.
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director