(Córdoba, 10 de noviembre de 2011) A menos de un año en que hicimos analizar las abejas de las colmenas muertas de
Tito Ingaramo en
Freyre, sobre el cierre de esta edición otro colega nos llama para narrarnos un caso similar -175 colmenas- y consultarnos cómo actuar.
Mientras tanto, quienes debieron defender la Producción Argentina de Miel ante los mercados europeos y ante los responsables de esas mortandades masivas de colmenas, provocadas por el uso y abuso de insecticidas, no aparecieron.
En Apimondia, a la hora de plantear la problemática generada en Alemania por la presencia de polen transgénico en miel, llevaron a los funcionarios y técnicos cuyo trabajo legitima la exclusión de la apicultura de toda zona agriculturizable del país.
Dos años atrás defendimos a la abeja, centinela del Ambiente. Este año, año de la biodiversidad, nuestros funcionarios y técnicos fueron para convencernos a los apicultores argentinos de que lo mejor de la biotecnología de los últimos años es la soja transgénica, resistente al glifosato. Además alguno, pareció que fue a burlarse de los apicultores europeos porque allá no aceptan alimentos transgénicos.
Sin duda detrás de las resoluciones europeas en torno a las mieles con polen transgénico debe haber intereses comerciales, defensa de su mercado, de su euro y la necesidad de no importar inflación pero, ¿nos vamos a defender con el mismo discurso con que nos fumigan las colmenas y nos expulsan de nuestros pueblos?
Esperamos que el importante respaldo que el Pueblo Argentino le dió en las urnas al gobierno de
Cristina Fernández, por cuatro años más, se aproveche para hacer un ajuste en la deuda social y ambiental generada por esta forma de implementar la tecnología de Siembra Directa.
Ojalá se acomode un poco la temporada que no comenzó muy bien que digamos, que haya miel y la podamos ir vendiendo de a poco hasta que aclare.
¡Disfrute de su Espacio Apícola!
Fernando Luis Esteban
Director