ESPACIO APICOLA - CORDOBA - ARGENTINA

Revista de Apicultura del Centro del País

ESPACIO APICOLA 130
BACTERIAS BENEFICAS EN EL TRACTO DIGESTIVO DE LAS ABEJAS DE MIEL
POLINIZACION: ARANDANOS Y GIRASOL

BENEFICIAL BACTERIA IN HONEY BEE GUT - POLLINATION: BLUEBERRIES AND SUNFLOWER

Edición en papel publicada el 29 de octubre de 2020
Hard edition published on October 29th 2020
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Principales títulos
de la edición nº 130

Julio - Septiembre de 2020
ESPACIO APICOLA 130


Editorial:
30 Años de Espacio Apícola

Fernando L. Esteban(Córdoba, 20 de octubre de 2020) Con esta edición nº 130 cumplimos 30 años haciendo Espacio Apícola. Como ya hemos narrado anteriormente, la iniciativa surgió en el ámbito de las distintas instituciones y grupos apícolas que existían en Córdoba a fines de los 80, nucleados en torno a la Fundación Banco de la Provincia de Córdoba (FBC) que, por entonces, tenía dos importantes programas de promoción de la apicultura y había creado el Centro Tecnológico Apícola (CETA) en una vieja escuela rural próxima a Santa Rosa de Río Primero. Allí se organizaban capacitaciones para los apicultores, su presidente don Guillermo Friedrich abordaba la producción de polen, desde Gral. Belgrano (Buenos Aires) se lo trajo a Osvaldo Atela para dar el primer curso de crianza de reinas, algunos veterinarios daban cursos de sanidad apícola. La escuela "El Colmenar", avalada y auditada por el entonces Consejo Nacional de Educación Técnica (CONET) capacitaba con idoneidad y legitimidad. Algunos estudiantes y agrónomos participaban en nombre de la Universidad Nacional de Córdoba, concretando al poco tiempo un espacio para la apicultura dentro de la Cátedra de Granja. Por la dirección de granja del ministerio de agricultura de la provincia pasaron distintos funcionarios que empezaban a ver el movimiento de la apicultura y don Manuel Luis Oliver era el técnico que atendía las consultas de los particulares. El dinamismo y el espíritu emprendedor de la actividad era muy importante, Córdoba se perfilaba con un gran potencial apícola y en una reunión del CETA, realizada en la FBC a mediados de 1990, me propusieron crear un medio de comunicación para los apicultores de la provincia. Fue un momento fundacional único.
Hemos hecho un camino. Hoy nos alegramos de poder presentar distintos trabajos científicos en el marco de experiencias conocidas. La de polinización de un cultivo tan tradicional como el girasol, que aprendimos de Werbowecki y Mange, le da una peculiar significancia al trabajo de Farina, Arenas y Díaz en esta edición. La experiencia de polinización en arándanos, que presenta Juanse Barros en estas páginas; o la polinización en invernaderos, que mostró Luis Gómez en Espacio Apícola 125, son muy valiosas a la hora de comprender los desafíos de la apicultura y la polinización en escenarios absolutamente modificados por el hombre.
Más allá de defender lo ambientalmente sustentable y lo económicamente sostenible, como lo hemos hecho durante estos treinta años, adaptarse es una condición indispensable. Es en la adaptación a los nuevos escenarios donde los trabajos de nutrición que hemos venido publicando encuentran su mayor valoración. Porque así como necesitamos conservar o remediar refugios ambientales, también se impone suplementar convenientemente a nuestras colmenas para la demanda de los servicios ambientales que se le pide a las abejas, completando todos los recursos adecuados a su bienestar. Allí hoy se suman las oportunidades ofrecidas por prebióticos y probióticos que iniciamos en nuestra edición anterior y profundizamos en ésta.
Las interacciones entre la práctica y la ciencia son innumerables. De ellas pueden surgir varias respuestas válidas. Participar en ellas es un privilegio que nos ha dado muchas oportunidades de fundamentar propuestas en estos 30 años, y lo seguiremos haciendo. Gracias a todos, lectores y auspiciantes, por permitírnoslo hacer ¡Disfrute de su Espacio Apícola!

Fernando Luis Esteban
Director


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Resúmen de contenidos
de la edición nº 130

  • Juanse Barros(Juan Sebastián Barros, "Juanse") es geógrafo, con una maestría en ingeniería y medio ambiente, actualmente apicultor polinizador desde 2003. Trabaja en Apizur desde 2006 con 4000 colmenas en polinización de arándanos, paltos, almendros y cerezos. También fue asesor en la polinización de paltos y arándanos en la empresa TAL SA en Perú, con hasta 9000 colmenas (2014-2018). Tiene su sede en Gorbea, cerca de Temuco, unos 700 km al sur de Santiago de Chile. Este artículo es una presentación para agricultores, fruticultores, encargados de huertos de la zona norte de Perú.

  • Walter Marcelo Farina Presentamos el trabajo del Laboratorio de Insectos Sociales, dirigido por Walter Farina (foto), del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y del Instituto de Fiosiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE) - CONICET - UBA, Argentina, titulado "EL Aprendizaje de un Olor Mímico, dentro de las Colmenas, Mejora la Eficiencia del servicio de Polinización en un Cultivo Comercial".
    El trabajo es el punto culminante de más de diez años de investigación que Espacio Apícola ha venido siguiendo desde el principio, siendo uno de sus primeros aportes ya consistentes "Los Olores del Alimento Almacenado afectan la Preferencia Recolectora de las Pecoreadoras" publicado en Espacio Apícola nº 74 en el año 2006. En esta oportunidad publicamos una síntesis y a su vez, profundizamos en las sustancias que fueron seleccionadas para la inducción de las abejas a polinizar girasol semilla y las proporciones de las mismas.

  • En una compilación de varias fuentes, presentamos lo que actualmente se sabe sobre las bacterias benéficas en el intestino de la abeja. Según Zgbigniew Lipinski, de quien publicamos varios extractos, hay unas 8000 cepas bacterianas halladas en el tracto digestivo de la abeja. De ellas, 5 son las mayoritarias y tienen una fisiología que beneficia a las abejas desde aspectos nutricionales hasta sanitarios. R. A. Kucuk presenta una revisión muy completa sobre esta actividad de las bacterias como simbiontes y concluye que "lo que es bueno para las bacterias es, de paso, bueno para el insecto anfitrión". De Waldan Kwong tomamos principalmente su presentación de la complementariedad entre dos de las principales bacterias estudiadas, Gilliamella apicola y Snodgrassella alvi, dos simbiontes intestinales especializados. Describimos el aporte de nutrientes de algunas bacterias, como así también la inhibición de agentes causales de enfermedades infecciosas de las abejas, de otras.

  • Con el fin de fortalecer la flora intestinal de la abeja, dañada principalmente por la agresión de los sistemas agrícolas, hace unos años que en Estados Unidos se comercializan probióticos para incorporarlos en la dieta de las abejas; el mercado pronto se expandió a México pero de allí, no avanzó.
    Enriquecer la flora intestinal con bacterias, propias de las colonias bacterianas del intestino de Apis, fue una de las líneas en respuesta a lo que se dió en llamar "Síndrome de Despoblamiento de las Colmenas" (Colony Collapse Disorder - CCD), como una explicación al agotamiento de las abejas expuestas a situaciones límite. Otras líneas avanzaron en determinar la toxicidad de agroquímicos en larvas; hasta entonces se hablaba casi exclusivamente de la toxicidad de los agroquímicos en abejas adultas y muy poco, siquiera, de los fenómenos de toxicidad crónica. De lo que más se hablaba era de la toxicidad aguda de tal o cual agroquímico. Con ello se buscó también la respuesta a patologías asociadas al CCD, como la Loque americana, L. europea, Nosemosis o Cría yesificada.
    La reciente publicación en NATURE de un estudio realizado por Brendan A. Daisley acerca de la actividad de ciertas bacterias como inhibitorias de Paenibacillus larvae, agente causal de la Loque americana, nos llevó a realizar esta compilación, con aportes de Peter Borst, otros referentes de la Bee-L, A.A. Ptaszynska, J. Stephan entre otros.

  • En la edición anterior bajo el título "Nutrición: Buscando la Punta del Ovillo" planteamos algunos interrogantes que consideramos no resueltos con la simple adición de jarabes y tortas proteicas en las colmenas, y la necesidad de prestar atención a la flora bacteriana del intestino de la abeja. A tal en la edicón anterior publicamos el resumen y la introducción de "Eficacia nutricional y prebiótica de la microalga Arthrospira platensis (spirulina) en abejas melíferas", de Vincent Ricigliano y Michael Simone-Finstrom, un artículo que investigó sobre las propiedades de la spirulina, un alga que es precursora de ese desarrollo bacteriano. De allí que si a las colonias de bacterias de la flora intestinal se les llama "probióticos" pues directamente inciden en el bienestar general de la abeja, a estos otros recursos se les llama "prebióticos" pues son precursores de los anteriores. Están disponibles en la naturaleza, se los cultiva y, como muestra el trabajo y experiencias que hemos recabado, se les puede suministrar exitosamente a las abejas. Recomendamos la lectura del Resumen y la Introducción en Espacio Apícola nº 129, aquí entramos de lleno en el desarrollo y conclusiones del trabajo.

  • TIPs PARA LEER A RICIGLIANO

    Andres ArenasRespondiendo a nuestro pedido, Andrés Arenas, del Laboratorio de Insectos Sociales del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA nos brindó un par de pautas para la interpretación de los resultados del trabajo de Cirigliano, como por ejemplo, la llamativa baja ingesta de spirulina por parte de la abeja, respecto a otros alimentos, pero que a su vez le aporta a la abeja resultados nutricionales asombrosos.

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Primera edición virtual 5 de marzo de 1997
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